4/25/2008

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Algo me molestaba en la espalda, no atiné a comprender qué era ni a recordar su nombre, pero molestaba.
Me era difícil guardar el equilibrio y los golpes contra las paredes de aquellas calles por las que pasaba me dejarían un dolor que no se iría hasta pasados tres días. Las personas que a mi paso me encontraba, solían ir cabizbajas y yo no tenía los reflejos suficientes para pararlos sobre la marcha y preguntarles donde estaba...
Empecé a notar un calor... pero de donde?.
Seguí mi instinto, y me adentré en una gran casa, castillo o tal vez albergue. Seguía confundido.
Mi mirada temblaba, sobre una mesa la calidez aumentaba. Encontré pan y agua, no quise mirar a mi alrededor por si al apartar la mirada, aquellos alimentos desaparecían. Me complací a engullirlos sin miramientos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gràcies per endavant i bona sort! :)